viernes, 4 de abril de 2008

´´UNA MODA QUE DUELE´´

Parece extraño pero es la realidad. A veces la curiosidad es mala, pero a veces no, resulta que en hora de deporte nos preguntan ¿que es un pacto? Y a raíz de eso las muchachas que nos preguntaron, dicen que son ´EMO´. Y por curiosidad decidid investigar y que horror para la juventud.

¿Qué es ser 'Emo'?

Una nueva moda está permeando a los jóvenes. Se trata de la comunidad 'Emo' y los que pertenecen a ella, dicen que vinieron al mundo a sufrir. ¿Que locos verdad?





La música emo.

Es difícil hablar de la música 'Emo' pues los seguido

res de las bandas 'Emo' son muy cerrados a la hora de hablar de su música. Según dicen, no les gusta "casposearla"; el argumento es sencillo: no quieren que se comercialice ni mucho menos que caiga en manos de gente no 'Emo'.

Por esta razón, rechazan todo lo que sea comercial. La agrupación estadounidense My Chemical Romance es lo más parecido al estilo 'Emo', sin embargo, la comunidad 'Emo' ha decidido rechazar su vinculación con esta banda.

En términos generales, 'Emo' es un género musical que se caracteriza por la carga emocional de sus letras, casi siempre de dolor, de despecho y de odio. Los subgéneros que se desprenden de la música 'Emo' son el 'Emo punk' y el 'Emocore'. Algunos indicios del nacimiento de la música 'Emo' se remontan a los años 80 con la difusión del punk y el hard core. Pero fue en los años 90 cuando com

enzaron a predominar los ritmos más introspectivos y menos rockeros.

Algunas bandas de Emo en Colombia:

  • Sill - (Manizales)
  • Beautiful Sin, Ratón Pérez, Heartles, Todo niño paga (Bogotá)

Algunas bandas Emo en el mundo:

  • Program The dead
  • Lostprophets
  • The used
  • Afi
  • Strung out
  • Kids in the way
  • The almost
  • Fightstar
  • Hawthorne Heights
  • Jimmy Eat World
  • Sunny Day Real Estate (o SDRE)
  • Planes Mistaken for Stara
  • The Get Up Kids

Y eso no es todo.

Su baile es más loco todavía.

Consiste en hacerse en círculo para bailar y mover los brazos simulando una pelea, pero sin tocarse unos con otros. Una persona pasa al centro mientras los demás siguen el ritmo con la cabeza gacha moviendo el pelo. Se turnan el paso al centro.

Scream.

En español es grito. Es el grito agudo de dolor que los caracteriza. En la música, los vocalistas de las bandas 'Emo' suelen emitir un grito desesperado, también lo hacen cuando bailan.

Su Pinta.

  • Zapatos Converse o Vans
  • Busos ajustados al cuerpo con capucha
  • Camisetas pegadas al cuerpo con estampados femeninos
  • Jeans de color negro entubados
  • Riatas de taches
  • Estrellas rosadas en las correas o en los morrales
  • Pelo de medio lado cubriendo el ojo derecho
  • Piercing en la ceja izquierda y en el labio inferior izquierdo
  • Colores: rosado y negro principalmente
  • Algunos 'Emo' se maquillan los ojos de color oscuro al estilo gótico
  • Muestran los boxers.

Su filosofia.

  • Para los que se hacen llamar 'Emo', su personalidad tiene mucho que ver con su exterior. Así por ejemplo, el estar extremadamente delgado es sinónimo de la vida que quieren llevar. Esta vida es deprimente, sin sentido y sufrida. Si una persona quiere ser 'Emo' deberá ser delgado a cualquier precio, de lo contrario será rechazado por su comunidad y será llamado "casposo" o "lámpara".
  • De igual forma, para ser 'Emo' es necesario ser alto. Si es bajo de estatura, deberá usar plataformas para verse alto. Son las reglas de la comunidad.
  • Asímismo, el pelo siempre les cubre la cara puesto que quieren pasar de agache. Son antisociales y no les gusta ser vistos. También significa que su existencia es sombría y triste.
  • Los 'Emo' viven en constante depresión debido a que según ellos, el mundo es miserable y denigrante.
  • Sus habitaciones suelen tener poca luz, cubrelechos de un solo color y cama sencilla y dura, de esta forma, al levantarse cada mañana recordarán lo miserable de su existencia y permanecerán en un estado de depresión tod o el día.
  • Los 'Emo' no creen en religiones ni en dioses.
  • Sus símbolos son: calaveras, corazones rotos y estrellas rosadas
  • Las parejas sentimentales deben ser también 'Emo'. Deben compartir su dolor en todo momento. Si el 'Emo novio' está llorando, la 'Emo novia' debe llorar también. Los dos se cortarán la piel con cuchillas al mismo tiempo, se vestirán igual al punto de no saber quién es el hombre y quién la mujer. El 'Emo novio' deberá regalarle a su 'Emo novia' un CD de su música preferida en el cumpleaños.

Perfil Psicológico: Lo bueno, lo malo y lo feo d

e los emo.

Lo bueno

Emo es una cultura de adolescentes y jóvenes entre los 14 y 21 años. En esta etapa se crean fuertes lazos de amistad con los compañeros y se exploran sentimientos de pareja. Por esta razón, es bueno encontrarse con amigos que compartan sus gustos y creencias más allá del furor de una moda.

Lo malo

  • Cortarse la piel con armas blancas es un acto autodestructivo
  • En estos ritos existen riesgos de contagio de VIH Sida por transfusión de sangre
  • Los 'Emo' rechazan a personas que no son como ellos en apariencia (solo los que quieren ser 'Emo')
  • Sentimientos de odio y rechazo por el mundo que los rodea.

Lo feo

  • Las niñas "pierden" su feminidad al vestirse igual que los hombres
  • Tienen pocas expectativas de vida
  • No tienen sueños ni anhelos en la vida
  • Estados de depresión permanente.

¿Y ahora que piensas de esto algo loco verdad? Y en conclusión, todas estas características me llevan a kudai. Cuídate y que Dios te bendiga. OJO NO SOY RASISTA SOY PRECAVIDO Y ALERTA.







¿Y tú piensas igual que yo o no?











Cristo sufrió para que nosotros no sufriéramos O

¿Quieres sufrir tú por una moda?


Será hasta la próxima y recuerda un padre nuestro por mi vocación y la de mis compañeros. Ah y por esto jóvenes también. DTB.



jueves, 3 de abril de 2008

Homilía de S.s Benedicto XVI en el III aniversario de la muerte de un hombre Santo.

Queridos hermanos y hermanas:

La fecha del 2 de abril ha quedado grabada en la memoria de la Iglesia como el día en que abandonó este mundo el Siervo de Dios y Papa Juan Pablo II. Revivimos con emoción las horas de aquella tarde de sábado, cuando una inmensa muchedumbre orante que llenaba la Plaza de San Pedro recibía la noticia de su muerte.Image

Durante varios días, la Basílica Vaticana y esta plaza fueron realmente el corazón del mundo. Un flujo ininterrumpido de peregrinos rindió homenaje a los restos mortales de tan venerado pontífice, cuyos funerales se caracterizaron por ser un testimonio más de la estima y del afecto que había sabido ganarse en el corazón de muchísimos creyentes y de personas del mundo entero. Al igual que hace tres años, tampoco hoy ha pasado mucho tiempo desde la Pascua. El corazón de la Iglesia todavía se encuentra hondamente inmerso en el misterio de la resurrección del Señor. Y en verdad cabe leer toda la vida de mi amado antecesor, y particularmente la de su ministerio petrino, bajo el signo de Cristo resucitado, por quien abrigaba una fe extraordinaria y con quien mantenía una conversación íntima, singular e ininterrumpida. Entre las muchas cualidades humanas y sobrenaturales que lo adornaban, también poseía, en efecto, la de una sensibilidad espiritual y mística excepcional. Bastaba con observarlo mientras rezaba: se sumergía literalmente en Dios, y en aquellos momentos parecía que todo lo demás le resultara ajeno. Las celebraciones litúrgicas siempre lo encontraban atento al misterio que en ellas se realiza, con una capacidad notable de percibir la elocuencia de la Palabra de Dios en el devenir de la historia, en el profundo nivel del designio divino. La Santa Misa, como repetía con frecuencia, era para él centro de su jornada y de toda su existencia. La realidad «viva y santa» de la Eucaristía le proporcionaba la energía espiritual necesaria para guiar al Pueblo de Dios por el camino de la historia.

Juan Pablo II falleció la víspera del II Domingo de Pascua, al terminar el día «en que actuó el Señor». Su agonía se desarrolló toda ella dentro de ese «día», de ese espacio-tiempo nuevo que es el «octavo día» inaugurado por la Santísima Trinidad mediante la obra del Verbo encarnado, muerto y resucitado. Ya antes, a lo largo de su vida, el Papa Juan Pablo II había dado varias veces prueba de hallarse inmerso, de una u otra forma, en semejante dimensión espiritual, y particularmente en el desempeño de su misión de Sumo Pontífice. Su pontificado, ya se lo considere en su totalidad o en numerosos momentos específicos, se nos antoja, en efecto, signo y testimonio de la resurrección de Cristo. El dinamismo pascual que hizo de la existencia de Juan Pablo II una respuesta total a la llamada del Señor no podía hallar expresión sin participar del sufrimiento y de la muerte del divino Maestro y Redentor. «Es cierta esta afirmación —proclama el apóstol Pablo—: Si hemos muerto con él, también viviremos con él; si nos mantenemos firmes, también reinaremos con él» (2 Tm 2, 11-12). Desde su infancia, Karol Wojtyla había experimentado la verdad que encierran estas palabras al hallar en su camino la cruz, tanto en su familia como en su pueblo. Muy pronto decidió cargar con ella junto con Jesús, siguiendo sus huellas. Quiso ser fiel servidor suyo hasta acoger la llamada al sacerdocio como don y compromiso de toda una vida. Con Cristo vivió y con Cristo quiso también morir. Y todo ello contando con la mediación singular de María Santísima, Madre de la Iglesia, Madre del Redentor, íntima y concretamente asociada a su misterio salvífico de muerte y resurrección.Image

Nos sirven de guía para esta reflexión al hilo del recuerdo las lecturas bíblicas recién proclamadas: «No tengáis miedo» (Mt 28, 5). Las palabras que acabamos de escuchar y que el ángel de la Resurrección dirige a las mujeres que han acudido al sepulcro vacío se convirtieron en una especie de lema en boca del Papa Juan Pablo II desde el solemne inicio de su ministerio petrino. Las repitió varias veces a la Iglesia y a la Humanidad que caminaban hacia el año 2000, y sucesivamente, una vez rebasada tan histórica meta, en los albores del tercer milenio. Siempre las pronunció con firmeza inflexible, empuñando en un principio el báculo pastoral rematado por la cruz y más tarde, cuando sus energías físicas empezaban ya a abandonarlo, casi aferrándose a él, hasta aquel último Viernes Santo en el que participó en el Vía crucis desde su capilla privada, estrechando la cruz entre sus brazos. Nunca olvidaremos aquel último y silencioso testimonio de amor a Jesús. Incluso las elocuente escena de sufrimiento humano y de fe de aquel último Viernes Santo indicaba a los creyentes y al mundo el secreto de toda la vida cristiana. Su «No tengáis miedo» no estaba basado en las fuerzas humanas, ni en los logros alcanzados, sino exclusivamente en la Palabra de Dios, en la cruz y en la resurrección de Cristo. Conforme se iba despojando de todo —y por último de la misma palabra—, su abandono en Cristo fue manifestándose con evidencia cada vez mayor. Tal y como le sucedió al propio Jesús, también en Juan Pablo II, al final, las palabras cedieron el sitio al sacrificio extremo, a la entrega de sí. Y la muerte selló una existencia entregada toda ella a Cristo e incluso físicamente conformada con él en los rasgos del sufrimiento y del abandono confiado en los brazos del Padre celestial. «Dejadme ir al Padre»: según testimonio de quien estuvo a su lado, estas fueron sus últimas palabras, que pusieron punto final a una vida consagrada por entero a conocer y contemplar el rostro del Señor.

Venerados y queridos hermanos: Os doy las gracias por haberos unido todos a mí en esta Santa Misa de sufragio por el amado Juan Pablo II. Quisiera dirigir un saludo especial a los participantes en el I Congreso Mundial sobre la Divina Misericordia, que hoy inaugura precisamente sus trabajos y que pretende ahondar en el valioso magisterio de Juan Pablo II a ese respecto. La misericordia de Dios, según su propia confesión, constituye una clave privilegiada de lectura de su pontificado. Quería que el mensaje del amor misericordioso de Dios alcanzara a todos los hombres, y animaba a los fieles a ser testigos suyos (cf. Homilía en Cracovia-Lagiewniki, 18-8-02). Por eso quiso elevar al honor de los altares a Sor Faustina Kowalska, humilde monja a la que un misterioso designio divino convirtió en mensajera profética de la Divina Misericordia. El Siervo de Dios Juan Pablo II había conocido y vivido personalmente las enormes tragedias del siglo XX, y durante mucho tiempo se preguntó qué podría contener la marea del mal. La respuesta no podía encontrarse más que en el amor de Dios. Y es que sólo la Divina Misericordia puede fijar un límite al mal; sólo el amor omnipotente de Dios puede derrotar la prepotencia de los malvados y el poder destructivo del egoísmo y del odio. Por eso dijo al regresar a su tierra natal durante la que había de ser su última visita a Polonia: «No hay más fuente de esperanza para el hombre que la misericordia de Dios» (ibíd.).

Demos gracias al Señor por haber dado a la Iglesia un servidor tan fiel y valiente. Alabemos y bendigamos a la Bienaventurada Virgen María, que veló por su persona y ministerio en beneficio del pueblo cristiano y de toda la Humanidad. Y mientras ofrecemos por su alma escogida el Sacrificio redentor, le pedimos que siga intercediendo desde el cielo por cada uno de nosotros y de especial manera por mí, llamado por la Providencia a recoger su inestimable legado espiritual. Que la Iglesia, siguiendo sus enseñanzas y ejemplos, prosiga fielmente y sin claudicaciones su misión evangelizadora, difundiendo incansablemente el amor misericordioso de Cristo, manantial de paz auténtica para el mundo entero.

martes, 1 de abril de 2008

´´UN NIÑO SANTO A SEGUIR´´

Hola amigos de este mundo del blog, tiempo sin escribir ¿verdad?. Ojo el niño santo a seguir no soy yo, todavia me falta mucho pero, para alla voy. Como saben soy oriundo del mojan y en mi parroquia San Rafael del mojan hay un grupo de monaguillos llamado "Santo Dominguito del Val", y encontré esta pequeña biografía en www.churchforum.org, de tan admirable santo y quisiera compartirla con ustedes, espero que les guste. Ah y por cierto recen un padre nuestro por mi vocación...

Por el año 1250 el rey Alfonso el sabio escribió: "Hemos oído decir que algunos judíos muy crueles, el Viernes Santo, en recuerdo de la Pasión de Nuestro Señor, roban algún niño cristiano y lo crucifican". Esto fue lo que hicieron con Santo Dominguito del Val.

Nació este niño en Zaragoza, España, y por sus especiales cualidades de gran piedad y pureza y por su hermosa voz, fue admitido como acólito y cantor de la catedral. Cada día iba de su casa al templo a ayudar a misa, a aprender cantos y a estudiar en la escuela parroquial. En su viaje de ida y vuelta tenía que pasar por entre un barrio de judíos, de estrechas callejuelas, y algunos de ellos se disgustaban mucho cuando Domingo y sus compañeros cantaban canciones a Cristo por las calles, al pasar por allí. Ya lo tenían fichado para tratar de hacerlo desaparecer.

Y dice las antiguas tradiciones que un adivino judío anunció que si echaban a las aguas del río el corazón de un cristiano y una hostia consagrada, todos los seguidores de Cristo que bebieran de esas aguas morirían. Entonces algunos de aquellos fanáticos pagaron a una vieja malvada para que fuera a comulgar y rápidamente echara la santa Hostia en un pañuelo y se la trajera. Luego fueron donde un hombre muy pobre que estaba pasando mucha hambre y le ofrecieron una bolsa de oro si les reglaba el corazón de uno de sus niños. Aquel hombre fingió que aceptaba el negocio y mientras hacía que uno de sus niños gritara desesperado como si le fueran a sacar el corazón, mató un cerdo y le sacó el corazón (el cual es muy parecido al del ser humano) y sangrando aún, lo entregó a los judíos a cambio de la bolsa de oro.

Y siguen diciendo las crónicas que los judíos echaron el corazón del cerdo y la santa hostia consagrada, al río que pasaba por la ciudad, y que a los pocos días se produjo una terrible epidemia entre los cerdos de los alrededores y muchos murieron. Y con esto se dieron cuenta los criminales de que el hombre del corazón los había engañado. Entonces se propusieron conseguir ellos personalmente el corazón de un niño cristiano para no equivocarse.

Ya habían obtenido de manos de un sacristán una santa Hostia consagrada, y entonces el Viernes Santo se propusieron sacrificar a un niño repitiendo los tormentos con los cuales en otro tiempo los judíos antiguos mataron a Jesucristo.

Y pasaba Dominguito del Val con su sotana de acólito y de pequeño cantor por enfrente de una de aquellas casas de judíos, cuando de pronto, sin tener tiempo ni siquiera de lanzar un grito, unas manotas grandes lo toman por el cuello y le cubren el rostro con un manto, tapándole la boca con una tela para que no pueda pronunciar palabra.

Temblando de pavor por lo que le pueda suceder, siente que lo llevan ante un corrillo de judíos que simulan repetir el tribunal que condenó a Jesús. Uno hace de Pilato, otro de Caifás, y otro de Anás. Le preguntan si persiste en querer seguir siendo seguidor de Cristo, y él exclama que sí, que prefiere la muerte antes que ser traidor a la religión de Nuestro Señor Jesús. Entonces le declaran sentencia a muerte, y así con sus vestidos de acólito y cantor lo crucifican.

Le sacaron el corazón y enviaron a uno de los del grupo para que se fuera con la Hostia Consagrada y el corazón del niño y los arrojara al río para que todos los cristianos que de allí bebieran se murieran. Pero no imaginaban lo que ahora les iba a suceder.

El que llevaba los dos tesoros para echarlos al río, para que nadie sospechara de él, dispuso entrar a un templo y simular que estaba rezando. Y he aquí que de rodillas allí en una banca, abrió el libro donde llevaba la Santa Hostia. Pero unas señoras que estaban allí cerca vieron con admiración que de aquel libro salían resplandores. Se imaginaron que ese hombre debería ser un santo y fuero a comunicar el prodigio a los sacerdotes. Llegaron estos y le pidieron que les mostrara el libro y allí encontraron la Hostia Consagrada. Luego llamaron a las autoridades y estas al revisarlo le encontraron el corazón del niño.

Aquel bandido al verse descubierto se llenó de pavor y propuso que si no lo mataban denunciaría a todos los que habían cometido el crimen. Y así lo hizo. Las autoridades fueron a la casa de los judíos y los apresaron a todos, y murieron en la horca semejantes criminales (menos el que los denunció, que pagó su pecado con cadena perpetua).

Y desde entonces Dominguito del Val ha sido invocado como patrono de los acólitos o monaguillos y de los pequeños cantores (modernamente se le invoca junto a otro Patrono de estos niños que es Santo Domingo Savio que también fue pequeño cantor y monaguillo).

Hasta la próxima y recuerda rezar un padre nuestro por mi vocación y la de mis compañeros y que San Rafael compañero de camino los guíe. DIOS TE BENDIGA.