jueves, 22 de mayo de 2008

´´ESPIRITUALIDAD DE UN SECERDOTE DIOCESANO´´


Hola que tal, hoy les traigo algo nuevo, se trata de la espiritualidad de un sacerdote diocesano.
La vocación al sacerdocio ministerial comienza con un encuentro con Cristo, quien quiere que su llamamiento se prolongue en una vida misionera: pues muy bien lo dice el evangelio "llamó a los que él quiso para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar" (Mc. 3, 13-14). Asimismo la respuesta del sacerdote a este llamamiento se torna a un gozo pascual, porque puede darse a Cristo el testimonio máximo de amor. El sacerdote, como los Apóstoles, en colaboración con su propio Obispo, y estando al servicio de la Iglesia, es el testigo calificado de Cristo muerto y resucitado, como esta escrito: "nosotros [...] somos testigos" (Hch. 2, 32); "lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos" (1 Jn. 1, 3).
Hay que tener muy claro que el sacerdote, debe conocer muy bien su espiritualidad como tal. Pues espiritualidad significa una vida en el Espíritu, y el sacerdote hace de ella, un signo personal y específico de Cristo, puesto al servicio de la comunidad de la Iglesia local y universal, en relación con el carisma episcopal.
Por lo tanto la espiritualidad sacerdotal brota de la gracia del Espíritu Santo, como participación en la consagración (el ser) y la misión (el actuar) de Cristo Profeta, Sacerdote y Rey. En las palabras del rito de la sagrada ordenación, se encuentra resumida en la exhortación del Obispo a los sacerdotes para toda la vida: "imitad lo que hacéis". Y con esta espiritualidad por consiguiente viene la vocación ala santidad, vocación dada a todo cristiano, mas a un a los para los sagrados ministros existe una llamada especial a la perfección que ellos alcanzarán de manera adecuada si ejercen sus funciones con ánimo sincero y sin descanso, con el Espíritu de Cristo.
El sacerdote diocesano encuentra su espiritualidad específica al vivir su ministerio en la caridad pastoral, en comunión con el Obispo como sucesor de los Apóstoles, formando un presbiterio a manera de familia sacerdotal, estando al servicio de la Iglesia local en la cual está incardinado, y permaneciendo disponible para la misión de salvación universal. La espiritualidad sacerdotal diocesana es, pues, eminentemente eclesial y misionera.
Así pues estemos convencidos que los presbíteros sin una fuerte vida espiritual y un generoso servicio apostólico, en íntima unión con Cristo Sacerdote y Buen Pastor, hasta llegar a la cumbre de la santidad, en la línea de la espiritualidad que les es propia, es imposible realizar la identidad sacerdotal y perseverar con generosidad en el ministerio.
La espiritualidad del clero diocesano se funda, sustancialmente, en las siguientes bases:
• La adhesión de amor y servicio a Cristo, enviado por el Padre y consagrado por el Espíritu, acogiendo en especial el misterio central de la Eucaristía y la presencia ejemplar de María.
• La comunión y obediencia cordial y generosa al Romano Pontífice y al propio Obispo.
• Fraternidad profunda con los sacerdotes del presbiterio local.
• El servicio apostólico en favor de los fieles de la Iglesia particular y un empeño en ayudar a las Iglesias necesitadas, y en evangelizar a los no cristianos.
En efecto, el llamamiento, la consagración y la misión hacen participar en la realidad de Cristo, consagrado en el Espíritu y enviado por el Padre.
Los medios comunes de espiritualidad cristiana son también necesarios a los sacerdotes. Además, se les ofrecen medios específicos, que consisten en actividades relacionadas con su ministerio, que se han de vivir según el espíritu y las directrices de la Iglesia.
La espiritualidad sacerdotal diocesana y misionera no se vive aisladamente, sino en el propio presbiterio diocesano, en unión con el Obispo. La presencia central y animadora del Obispo, y la responsabilidad de cada uno de los sacerdotes, harán que el presbiterio estimule su fervor y brinde medios concretos para la vida espiritual, llegando a ser una verdadera familia sacerdotal que cuida y hace progresar a sus propios miembros. En particular, el presbiterio deberá estimular la formación permanente, especialmente espiritual, indicando los objetivos y proporcionando los medios a nivel personal y comunitario.
´´A todos, sacerdotes, religiosos, seminaristas, en este Año Mariano, os invito a profundizar en el sacerdocio de Cristo, cuya unción por el Espíritu Santo tuvo lugar en el seno de María, cuando el Verbo se hizo carne en su seno virginal. María, que es Madre vuestra por título especial, será vuestro modelo y ayuda segura para que vuestra vida se oriente totalmente según la caridad de Cristo Sacerdote y Buen Pastor. Que María, la cual dedicó su vida al crecimiento y a la formación de Jesús (Lc 2, 51-52), y cuya fe “precede al testimonio apostólico de la Iglesia” (Redemptoris Mater, 27), sea vuestra Protectora en todo momento. Junto a Ella está siempre San José, su casto esposo y que es modelo para todo creyente que quiera gastar su vida humilde y calladamente sirviendo a Jesús nacido de María y presente en la Iglesia. Que el espíritu fraterno de la Sagrada Familia reine en la familia del seminario, en cada comunidad religiosa, en cada presbiterio.´´ (Encuentro del papa Juan Pablo II con los sacerdotes diocesanos y religiosos y con los seminaristas Bolivianos).

5 comentarios:

José Pineda dijo...

que tronco de compromiso...pero con mucha alegría lo vivo,espero que ya desde hoy tu también , no esperes el día de tu ordenación...dtb

Unknown dijo...

Hola Dios te bendiga, muy bien tu artículo. Seria interesante que lo practicaras desde ya en tu vida y en especial con los hermanos que te rodean. Sigue adelante si Dios está contigo, ¿Quién contra ti? Mi apoyo a cariño amigo.
Ya añgun día celebraremos juntos la Santa Eucaristia.

Anónimo dijo...

q bien amigo, esperamos vivir todo esta espiritualidad, con mucha alegria. sigue adelante y mucha oracion hermano cuidate, dtb

Anónimo dijo...

GRacias por tui visita!!! no sabes cuánto me alegro porque los sacerdotes venezolanos estén haciendo blogs!!!!

un abrazo

Alfredo dijo...

chamo Dios te bendiga las personas necesitan aprender de la espiritualidad que vivimos